Un hábito es un comportamiento, una forma de actuar que se adquiere a través de la repetición constante del mismo. Adquirimos a lo largo de nuestra vida hábitos alimenticios, de higiene, de convivencia, de cuidado de nuestro cuerpo y mente, entre otros, que nos permiten adaptarnos y funcionar en el ambiente en el que vivimos. Un hábito puede ser sustituido por otro, pero mientras más tiempo pasemos repitiendo una conducta, más difícil será sustituirla cuando deseemos cambiarla. Por ejemplo, una persona que está habituada a hablar en un tono de voz muy alto, obviamente va a tener dificultades cuando intente cambiar de hábito. Sin embargo, lo primero que debemos hacer para cambiar o adquirir un hábito es estar conscientes de que solo lo lograremos repitiendo constantemente el comportamiento deseado. Ahora bien, si trasladamos esto a los hábitos que tienen l@s niñ@s no es difícil comprender que somos l@s adult@s significativ@s los que marcamos las pautas de su comportamiento, o por lo menos la mayoría de ellas. Un/a niñ@ adquiere hábitos a partir de los resultados que sus acciones generen en el ambiente.
Por ejemplo, tenemos a un/a niñ@ que come de forma desordenada (se levanta, l@ persiguen para comer, come un poco ahora y un poco después, come solo lo que desea y cuando lo desea), si queremos ayudarl@ a adquirir mejores hábitos lo más prudente es mostrarle y repetir constantemente el comportamiento que se considera apropiado. Esto quiere decir que podríamos empezar por dejar de perseguirl@ por toda la casa para hacer que coma y mostrarle que el único lugar para comer es la mesa o la sillita. Otro ejemplo son las pataletas, es decir, es normal que un/a niñ@ haga una pataleta de vez en cuando, pues aun no sabe bien cómo comportarse ante algunas situaciones, sin embargo, un/a niñ@ que haga pataletas cada vez que desee algo y logre a través de este comportamiento alcanzar su objetivo, es un/a niñ@ que evidentemente está adquiriendo y acentuando el hábito de pedir las cosas comportándose de esta forma; debemos enseñarle que no es la forma adecuada para conseguir lo que quiere, que hay otras maneras como hablar, tener paciencia, ganárselas, negociar, entre otras. En el momento en el que la pataleta deje de darle los resultados deseados el/la niñ@ cambiará su forma de actuar para adaptarse a las nuevas exigencias del medio. Es importante que l@s niñ@s tengan buenos hábitos de higiene, de sueño, de alimentación, de orden, entre otros, para que se desarrollen de una manera sana.
Hábitos de higiene:
Hábitos de sueño:
Hábitos de alimentación:
Hábitos de orden:
Para concluir es necesario resaltar que para que un/a niñ@ adquiera cualquier hábito lo primordial es que viva en un ambiente en donde l@s adult@s apliquen los mismos hábitos, recordemos que un gran porcentaje del aprendizaje de l@s niñ@s se da por imitación, no podemos esperar que un/a niñ@ adquiera el hábito de orden si vive en un ambiente desordenado. Es importante que l@s adult@s sean constantes, consistentes y tengan un buen manejo de la disciplina y la autoridad, es decir, no podemos querer aplicar normas a conveniencia del adult@.
Licda. Claudia Vanessa Sánchez Barrios
Abril 2010
Referencias de internet: Szechet, V (s/f). Actividades estables. Extraído de internet abril de 2010. http://www.educacioninicial.com/ei/contenidos/00/1350/1363.ASP Bibliografía: Diccionario de Pedagogía y Psicología (1999). España: CULTURAL, S.A.